jueves, 31 de marzo de 2011

Como hacer con los laboratorios (Mi historia) III

Cuarto año de residencia o la fase de ¿por qué no usarlos?

Atravesado el Aqueronte de las dudas y colindando con cierta soltura en el manejo, en el cuarto año uno se plantea ciertas escaramuzas, no ya de defensa, sino de avanzadilla. Al fin y al cabo los representantes de laboratorio aparte de ser majos vienen a informar. Entonces pues que informen. Me pasé este año pidiendoles  estudios, revisiones, articulos a cada cual mas imposible. Verificaciones científicas del psicoanálisis (con dos cojones), metanálisis de las psicoterapias, revisones sobre el sindrome metábolico por antipsicóticos y así hasta el infinito de todas las cosas cuya búsqueda me habrían robado mucho más tiempo que el que me robaban las visitas de estos amables fenicios. Curiosamente a algunos de ellos ya no les rentaba la visita, otros paradójicamente empezaban a hacerse el loco y el sueco y otros, superyoicamente eficientes, veían mi visita como un exámen a postergar.

En esta época, próxima ya la consagración al universo de los adjuntos, comenzaron a caer veladas ofertas. Frases cazadas al vuelo a la salida de la visita o comentarios que se deslizan al pagar un café. "Cuenta con nosotros para lo que quieras", "cualquier  cosa que necesites ya sabes donde estamos" o "ya si eso yo ya con lo que sea". Me acuerdo un colega también psicoanalista  situado en un centro de salud con gran demanda y por tanto prescriptor de referencia en la ciudad, que un día se encontró con el monstruo así de cara y sin querer. Acudieron a visitarle la representante y la jefa de la representante (este tipo de situaciones son extra-cómicas y dan lugar a mil anécdotas). Le presentaban un nuevo AD y al final le hicieron la consabida "para lo que usted quiera". El, úfano y amante del buen humor, les dijo "ah si, un coche nuevo". Para su sorpresa la jefa explicitó: "no se ría, todo se puede hablar". Este es el monstruo. Esta, para mi, es la delgada linea roja demonio. Se puede jugar a esta tontería hasta que un día te ves obligado a recetar algo. En esta situación es donde se abre todo el abánico ético y los diferentes posicionamientos a tomar respecto de los laboratorios. Para evitar este momento se puede, por ejemplo, no hablar con ellos. O recibirles a todos juntos con todos los psiquiatras (se hacía antiguamente). O hablar sólo de los nuevos productos. O hablar e ir a conferencias pero no aceptar invitaciones. O hablar y que paguen los congresos pero el viaje no. O el viaje si pero en turista. O la estancia  si pero un motel. Mil opciones y cada uno con su conciencia y con su  responsabilidad. No creo que haya una fórmula correcta, pero cada uno sabe cuando esta recetando sin pensar en el paciente. Es verdad que el inconsciente es traicionero y que la publicidad vive del inconsciente pero también es verdad que llevo años viendo anuncios de BMW y nunca se me ha pasado por la cabeza comprarme uno ni pedirselo a un laboratorio.



A dia de hoy apenas me visitan los laboratorios. Supongo que no estoy en un lugar que les rente. También supongo que se cansaron de mis gilipolleces. Eso si, cuando me les encuentro no dudo en pedirles información, un libro o que me paguen un curso de psicoanálisis. Que menos. Básicamente les insto a que suelten todo su dinero. Que me lo den a mi o la asociación de familiares de pacientes x o al grupo de estudios z. Bueno he de decir que estas psico-patadas me las permito porque ahora pasan de mi, pero después de años de dudas y reservas morales he llegado a la conclusión de deberiamos sacarles todo el dinero posible y redistribuirlo en beneficio de los pacientes y familiares y, por que no, de nuestra formación.


Hasta aquí mi experiencia. Por supuesto errada como todas y todavía en la carpeta de las cavilaciones. 

Espero que anime un debate más amplio que no sea solo el si o el no.

miércoles, 30 de marzo de 2011

Como hacer con los laboratorios (Mi historia) II.

Prosigo con el inquietante relato de un residente en un mir de dudas.

Tercer año de MIR o la fase de me empieza a tocar los cojones.

Después del tiempo de la inocencia y de los momentos de la perplejidad empecé a tomar posiciones. Comenzaba en este tercer año la rotación en un centro de salud mental. Hasta este momento los hombres de corbata aparecían puntualmente y nunca la carga de trabajo representaba un obstáculo a la hora de atenderlos. En el centro de salud mental la cosa cambia. Te haces con tu agenda y además empiezas a entender cosas como la psicopatología, la terapeutica y la oferta y la demanda. De repente una de cada cinco consultas (y tenía 30 al día) eran demandas para ayudar aun pobre laboratorio enfermo. Como son gente maja yo los atendía, hasta que me di cuenta de que hacía esperar a los pacientes y terminaba yo saliendo a las mil o atendiendo mal y rápido.Comencé intuitivamente a seleccionar las visitas utilizando un método muy depurado y profesional. Atendía rápido a los que me caían bien. A los que eran más torrija los dejaba para el final como el que estudia un exámen el último día. Algunos entedían la directa y se iban......otros no. El caso es que este método tampoco funcionaba muy bien porque los pobres usuarios seguían esperando más de lo debido así que decidí invertir los roles y ser yo el que les hacía la visita. Cuando tenía un minuto iba a la salita y me sentaba al lado de ellos para que me informasen de los avances de la neurociencia ante la atenta mirada de los pacientes. Por increíble que parezca las visitas se acortaron de forma inponecial (es como exponencial pero en plan imponiendome).!!! Fue todo un descubrimiento. Aún así como en toda guerra, había batallas perdidas y guerra de guerrillas en los pasillos y las cafeterías, pero bueno, por fin empezaba a controlar el tema. En medio de este barullo yo seguía yendo a ciertas cosas y degustando algunas sabrosas invitaciones pero cada vez más cuestionado (supongo que ellos también visto mi comportamiento). En esta época pasé de leer psiquiatría.com a ser asiduo de la web de la plataformama no gracias. También se comenzó a a suscitar el debate con mis compañeros y apareció el código deontológico para los laboratorios. Las únicas consecuencias del código fueron que a partir de ese momento los hoteles no podían ser de cinco estrellas y que para cada cosa teníamos que firmar mil cosas por triplicado. A parte de esto rechacé hacer un estudio (era un peñazo) y tuve una seria diatriba con un representante por el usos de mis datos. Y es que en cuestión de unos meses me habían empezado a llamar de Bruselas, Madrid o la India gente desconocida con nombres tipo Whasington Fernandes para preguntarme obviedades a cualquier hora.

Y como dice Sabina "la vida siguió como siguen las cosas que no tiene mucho sentido" y llegué al cuarto año de residencia o la fase de ¿por que no usarlos?

Mañana.

martes, 29 de marzo de 2011

Como hacer con los laboratorios (Mi historia)

El otro día estaba hablando con una amiga oncóloga sobre los representantes de laboratorio. A ella la visitan a menudo y andaba presa de diferentes reservas morales y dudas existenciales. Antes de nada decir que es una oncóloga excelente y que actualmente aparte de su trabajo diario estudia filosofía (saco un 10 en ética el otro día). Bien, me contaba que el otro día se cansó y le dijo directamente a un tipo de laboratorio que le pagase un congreso en Barcelona donde hacen un resumen del megacongreso internacional de Boston (o Chicago o Denver...no me acuerdo). Me comentaba que el megacongreso es absolutamente inaccesible porque cuesta un cojón y parte del pancreas así que quería ir al de Barcelona que SOLO vale 800e. Es un dia y te cuentan lo que contaron. Segun ella lo que pasa en ese congreso sienta catedra para innovar todo el año. Me contó esto acuciada por las dudas sobre la conveniencia de depender de un laboratorio. Yo le dije que me parecía  perfecto, es más, añadí que debería pedirles el hotel, un avión privado y un pase de prensa para el Camp Nou.

Claro, luego me quedé meditabundo. Con los años mi posición sobre este tema ha oscilado más que el movimiento vibratorio armónico simple en el espacio exterior. Intentaré contar mis etapas para ver que me ha pasado.

Primer año de MIR o la fase de todo si-todo vale:

Ufano y despreocupado hablaba con todos los señores de corbata que me explicaban las maravilla de las neurociencias. Yo ya de aquella desconfiaba bastante pero no tenía ningún problema en aceptar todo tipo de agasajos y pantagruelicos convites. Además como esta gente su profesión es ser majo (principalmente) yo estaba encantado rodeado de gente siempre sonriente. Solo recuerdo un día que tuve un pequeño conflicto con uno de Pfziser que me invitó a un congreso de residentes de Sevilla. Le pregunté que de que iba el congreso y me explicó que teníamos que hacer un exámen de psiquaitría y que luego a cambio teníamos  dos días de chuza descontrolada. Le dije que no, que ene se momento estaba obsesionado con Minkowski y que para beber y follar ya me las arreglaba yo. Curiosamente esta estúpida honestidad me costó mi primer conflicto interior y la desaprobación del laboratorio y de algunos residentes.

Segundo año de Mir o la fase de flipando en colores:

Hasta este momento he de decir que el primer año apenas había ido  a congresos de laboratorio porque andaba encerillado con el psicoanálisis y participaba en seminarios, conferencias y lo que se prestase (llegué a estar en dos escuelas, si delirante). En este segundo año me dije que tenía que ir a congresos de psiquatría "normalizada" para por lo menos saber de que renegaba. Fui a varias cosas y me aburrí tirando a bastante. Unos eran un panfleto de una pastilla  así directamente y otros (los de la AEN por ejemplo) eran más entretenidos pero nunca sabías lo que iba a pasar en cada conferencia, te podías encontrar a un erudito de la historia de la psiquiatría a un psicoanalsita avezado trabajando en un CSM o a un jubilado revisando planes cognitivos para el Alzheimer. Pero lo que más me impresionó  fue un congreso que me chupé en Asturias que se llamaba "debates en psiquiatría". Acudí prácticamente sólo (no otros residentes) y  acompañado por el de Jansen que es un tio majo (of course) y muy profesional. No hubo debate. Todos estaban de acuerdo en general en todo. Debería haberse llamado "No debates en psiquiatría. La película" (de los productores de "Vamos a comprar la vacuna de la gripe A"). Eso si apareció un iluminado, que diría Mourinho, para explicarnos que el futuro de la psiquiatría era la neuroimagen. Impresionante. En medio una comida de proporciones cósmicas, chupitos y yo solo en la tarde. No quedaba ni Richard en la sala de conferencias. A la noche una cena más demencial que la comida de la que solo me interesó conocer la factura (más demencial aún que la cena). Tenía cuatro dígitos y no eramos tantos. Tras escuchar como ridiculizaban a otros compañeros no presentes asistí a un movimiento que a día de hoy recuerdo fascinado. En la copa de después, las viejas glorias, los vice, los popes  y demás cargos del partido se retiraron sutilmente de la mano de un  representante. Yo que era y soy un cotilla (como todos los psiquatras) salí para ver a donde iban. El caso es que habían desaparecido y al lado sólo había un sitio turbio con pinta de puticlub de lujo. Investigué y el silencio de mis encuestados me indicó que no debe de ser algo tan inusual que estas bacanales terminen en un lupanar. Tampoco es que quiera ser yo el guardian de la moral sexual de occidente pero lo que si me pareció inquietante era el hecho de que eso lo pagase el laboratorio, porque eso si te conmina a ciertos pactos de silencio por pastilla.

El resto de esa noche salí solo. Me fui a pasear por Oviedo dandole vuletas a donde coño estaba y que carajo pintaba ahí. Gracias a dios al final de la noche me encontré con compañeros de facultad y pude anestesiarme sin psicofármacos. Solo alcohol y compañía sin retribución pecuniaria.


Oh my blog!  es tarde. Otro día sigo con las restantes fases.

lunes, 21 de marzo de 2011

TDAH

Como dijo un viejo profesor en una conferencia sobre psicoanálisis y educación: " a ver si al final resulta que simplemente van a ser niños porculeros de los de toda la vida".

Gran entrada de Jano que vuelve a los ruedos blogeros.


sábado, 19 de marzo de 2011

Posters mentales

Resumen en imágenes de diferentes síntomas. Lo llaman desordenes mentales. Mejor síntomas quizás.

En este blog


Y ahora a la playa.....

miércoles, 16 de marzo de 2011

El odio

E.Roudinesco ha publicado un libro llamado  ¿Por qué tanto odio?
No se trata de un análisis crítico de Sálvame sino de la historia del psicoanálisis y de porque este ha generado tanto rechazo siempre.

En esta revista aparece un fragmento de una entrevista incluida en el libro.




http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/radar/9-6890-2011-03-13.html


Lo hemos encontrado gracias a este blog maravilloso que es el psicoanalista lector

sábado, 12 de marzo de 2011

Enterrados vivos. La terapia

Como no, otra vez los rusos, herederos del conductismo más radical, se inventan una terapia en la que no haya que pensar. Se trata de enterrar a la gente un "ratico". Dicen que ayuda a superar el estrés. Por supuesto no hay como estresarse con otra cosa para olvidar tus males diarios. Desde el "blandito" occidente psicoanalítico, herederos de Sócrates, preferimos hablar, tomar unas cañas o ver el fútbol.

El invento viene avalado por "prestigiosos" psico-prestidigitadores, que almacenan títulos como: exorcista, terapeuta alternativo, microenergista, terapeuta iluminista, liberador psíquico profesional y experto en coaching.

Si profundizamos un poco la idea se puede pensar bajo la tópica de hacer un facsimil del trauma. Por todos es sabido que las personas que se encuentran con lo real de la muerte en ocasiones son capaces de modificar algo del síntoma. Es decir, al tocar algo de lo real, a veces el síntoma se mueve un poco. Pero esto de los enterramientos,  es delirante;  es un pacto de "ahora me muero un poco", una escena en la que eliminan lo real. Escamotean vilmente lo real de la muerte que es eso  tiene que ver con lo imprevisible, lo imposible de controlar y  dialectizar.



En fin, de todas formas, los rusos últimamente nos tiene acostumbrados  a este rollo majadero/mamaracho de gente jugando con la muerte. Son famosos en youtube los videos de rusos poniendo en riesgo su físico en las más variadas formas de declinación de la pulsión de muerte. Parece que el síntoma cultural ruso tiene que ver con ser "el que no muere" o "el que sobrevive". Algo así como el retorno de lo reprimido después de siglos de exterminios fraticidas y vecinales.


PD. Si Poe levantase la cabeza.....(sería una situación muy autorreferente)

martes, 8 de marzo de 2011

El estrés

De pequeño me ponía muy nervioso cada vez que iba a hacer algún viaje interesante o algún plan fuera de lo previsto. Este nerviosismo venía de la mano de alguna viriasis que me dejaba noqueado hasta justo el momento del viaje (más o menos)-  Como ejemplos recuerdo mi primera salida nocturna en nochevieja y mi primer festival de música. A lo primero no pude ni ir (39ºde fiebre), a lo segundo fui con antibióticos que irresponsablemente mezclé con todo lo que pude. A pesar de eso no pasó nada y sólo enfermó mi amigo a consecuencia de una variada dieta base de cocacola y kit-kat, cosa que hemos recordado durante años.

A día de hoy me replanteo que es el estrés. De aquellas el estrés era la angustia de empezar a hacer realidad mis deseos y de como eso obligaba a contradecir las demandas maternas y la enigmática respuesta paterna. El estrés era provocado por mi propio deseo y como conciliarlo con atender las demandas de los progenitores.

Comparando es bastante parecido actualmente. Puedo estar trabajando duramente varias semanas, encadenar conferencias, cursos, partidos de fútbol y homenajes varios sin que mi salud se vea mermada. En cambio si estos eventos entran en contradición con las demandas de los seres queridos y/o odiados aparecen el estrés y las viriasis.

En la clínica veo continuamente lo mismo. Gente estresada. Pero no estresada porque trabajen mucho o poco si no porque el jefe cual o su compañero tal. O el niño está en esa edad  o mi pareja no entiende que. La angustia no tiene tanto que ver con el esfuerzo físico sino con el esfuerzo por sostener algo insoportable. Pero este insoportable suele ser algo muy personal y se suele desencadenar siempre en las tricheras de las demandas y los deseos.



Puede resultar una valoración un poco a vuelapluma y poco científica, casi como una adenda a la visita de la abuela pero si nos ponemos científicos y deterministas las cosas no son porque si, y una viriasis no es obligatoria ni azarosa. Y para estas cosas me parece mucha más inmunodepresor la angustia que el simple hecho del esfuerzo físico.

Así  concluyo que, contradiciendo las teorías actuales sobre el estrés, este no es fruto de un exceso sino de una falta. Concretamente la falta del deseo. Hermana esta situación de los enredos de demandas y otros suponeres imaginarios.

domingo, 6 de marzo de 2011

Niños tanzanos albinos

Ayer estuve en una fiesta solidaria a favor de los niños tanzanos albinos (en serio).


A todo el mundo le parecía normal. Hubo cervezas, karaoke y todo lo demás también.

Creo que ha llegado el fin de occidente...... gracias a dios.