lunes, 23 de abril de 2012

Cuestiones de técnica

El otro día un compañero médico me contaba que, con la crisis, algunos colegas habían decidido hacer otra residencia. Es la salida más segura al acabar la residencia dada la falta de trabajo, decían. Me contaba sobre una colega neumóloga que tras dos años de contratos precarios se planteaba hacer psiquiatría. No quería otra especialidad médica y no quería nada quirúrgico. Así que andaba entre radiología, análisis clínicos y psiquiatría. Que son especialidades muy afines con una especificidad y troncalidad común muy marcada. No es que yo crea en el concepto vocación como una especie de totem sólido de cuadratura perfecta tipo el monolito de Odisea 2001, pero me parece que de ver placas a tratar con personas suicidas (p.ej) hay un trecho. Evidentemente uno puede ver a la psiquiatría como una especialidad médica pura en la cual diagnosticas y tratas. De hecho, aunque los diagnósticos psiquiátricos están más que nunca en tela de juicio, un psiquiatra no deja de ser un clínico. Pero un clínico que, en su formación está llamado a adquirir unos conocimientos técnicos concretos. Estos conocimientos son la psicopatología, la semiología y la historia de la clínica. Imprescindibles a la hora de justificar nuestras actos médicos y de entendernos entre nosotros. Pero también hay que adquirir otros conocimientos. Está el saber sobre la interacción con el paciente, algo clave en nuestra especialidad. La exploración, la anamnesis, en definitiva la propedeutica psiquiátrica es algo que atañe al ser del psiquiatra y a sus habilidades personales. El como, el cuando y la manera de preguntar y estar con una persona que demanda atención psiquiátrica marca el rumbo del dignóstico y del tratamiento. Personalmente creo es lo más dífícil de aprender y de evaluar. Dice Miller que los analistas son gente que ha de tener cierta flexibilidad ante el deseo del otro. Los psiquiatras en mi opinión han de tener algo de esto también. Han de ser capaces de encarnar posiciones personales opuestas en función de quién esta delante, porque no se trata, en la consulta psiquiátrica, de salvaguardar nuestra identidad ni nuestro yo sino mas bien de atender a la fragmentación o vacilación de la identidad del otro. Para aprender esto sólo conozco dos maneras: por un lado ver miles de pacientes, es decir, proponerse en la residencia el aprendizaje por inmersión. Prestarse a estar delante de un sinfin de situaciones de consulta. Atender todo lo que venga e intentar manejarse en esa maraña asistencial. Digamos que es como antiespecializarse. Sería el reverso de lo habitual que es "yo sólo bipolares" o " a mi lo que me mola son los trastornos de personalidad". Y por otro lado ser paciente. es decir someterse a algún tipo de terapia (yo prefiero psiconalítica evidentemente) para poder atisbar de alguna manera esta fragilidad de la identidad y no entorpecer la cura de los pacientes con los fantasmas personales y las necesidades propias de sentido. Este camino, aunque apasionante no es como ser radiólogo. En este caso lo técnico atañe al médico y el hecho de reprimirlo y denostarlo le convierte en un mal profesional.

viernes, 13 de abril de 2012

Psicologia

El nombre de esta disciplina fue creado en el siglo XVI por el humanista alemán Philipp Melanchthon (1497-1560), tomando el radical griego psykho- 'alma', proveniente de psykhé 'soplo de vida', 'aliento', y el sufijo -logía 'ciencia', 'disciplina', 'tratado', formado a partir de logos 'palabra'.
Melanchthon se refería a un cierto "estudio del alma", pero el sentido actual de este vocablo como "estudio del funcionamiento de la mente humana" o, para algunas escuelas, "del comportamiento humano", aparece a partir del siglo XVIII, aunque los pensadores de esa época opusieron al comienzo una enconada resistencia a la aceptación de la psicología como ciencia.
La psicología comenzó a ser aceptada en el ámbito científico en forma más amplia a partir del segundo cuarto del siglo XIX, con el desarrollo del conductismo, principalmente en los Estados Unidos, y con los trabajos médicos sobre la histeria que se llevaron a cabo en Europa y que desembocaron en el surgimiento del psicoanálisis.




Fueron los médicos franceses del hospital de la Salpetrière, de París, quienes crearon en 1842 el término psychiatrie, del cual se derivaron el inglés psychiatry, el alemán Psychiatrie, el italiano psichiatria y el español psiquiatría, para denominar la parte de la medicina que trata de las enfermedades mentales. La palabra se formó mediante la ya mencionada psykhé unida a iatréia 'tratamiento', derivada de iatrós 'médico'.
La Academia Española decidió, en la edición de su diccionario de 1956, que 'psicología' y las voces afines se debería escribir sin la p etimológica inicial, que corresponde a la letra griega psi, pero tal decisión no fue seguido por autores de obras de psicología, psiquiatría y ciencias sociales, quienes mantienen la p inicial. Una preferencia abrumadora por la permanencia de la p se verifica en el propio corpus de la Academia, de donde se supone que la docta casa extrae los datos para su diccionario.




Extraido de La Palabra del Dia