jueves, 10 de septiembre de 2015

El psicoanálisis en los días de futuro pasado 2: José María Alvarez


Y hablando como estamos del futuro del psicoanálisis nadie mejor para representar ese futuro que un experto en el pasado. José María Alvarez

No hay psiquiatra a día de hoy que, si tiene algún tipo de interés en la historia de su trabajo, no se encuentre con José María Alvarez. Son numerosas las revisiones y nuevas aproximaciones que ha hecho Jose María sobre los grande clásicos de la psiquiatría: la paranoia, Clerambault, Seglás, Capras, Cotard, Kraepelin, Freud han sido objeto de su riguroso y pormenorizado estudio. Y a todos esos trabajos le ha aportado su punto de vista personal. Un punto de vista tocado por el psicoanálisis y más específicamente por el psicoanálisis lacaniano.

Si hay un futuro para una psiquiatría no estrictamente biológica Jose María representa ese futuro. La tradición psiquiátrica, en toda su actualidad, unida a un análisis más allá de lo descriptivo y lo fenomenológico.

Ahora, casi por aclamación popular, tenemos gran parte de su trabajo y conferencias accesible en su página web. Os invito a disfrutarla.

http://jmalvarez.org 

domingo, 6 de septiembre de 2015

El psicoanálisis en los días del futuro pasado


Reconforta saber que tu práctica diaria de psicoanálisis no es un delirio personal sino una más que

 posible interpretación del discurso actual. El psicoanálisis necesita del cara a cara, de tiempos cortos, de

la urgencia del síntoma, de psicoanalistas que se pronuncian, de analizantes que se las arreglan con el

síntoma o con una parte y de sujetos que no hacen un análisis en el sentido más clásico. Y es que el

conocimiento del inconsciente, del goce necesita adaptarse al discurso. No que los analizantes se

adapten al discurso del psicoanálisis. Eso es territorio de lo sagrado, de las sectas, de la religión. El

discurso del psicoanálisis ha de ser siempre el reverso del amo pero para eso hay que situarse en como

el discurso del amo se hace carne en el sujeto contemporáneo, sus formas, su estética, sus consumos. Al

 sujeto de hoy que consume curas, tratamientos, soluciones no puedes ofrecerle 20 años de diván o una

experiencia religiosa trascendental. Sólo puedes llegar a  devolverle el valor de su palabra en un entorno

 que sea soportable y que no le conmine a otra identificación fanática o de consumo.


Y no lo digo yo, lo dice E. Roudinesco, poco sospechosa de querer acabar con el psicoanálisis.




"P. ¿Tiene que cambiar el psicoanálisis para sobrevivir?
R. Sí. Debe aspirar a ocupar el lugar que han conquistado los conductistas. Para eso tendrá que transformarse. La gente ya no quiere tumbarse en el diván tres veces a la semana durante los próximos 20 años. El psicoanálisis debe evolucionar al ritmo que lo hace el mundo. Se deberá apostar por terapias más cortas, en las que se reciba al paciente cara a cara y no tumbado en el diván. Deberán aceptar también tratar a cualquier persona, igual que lo haría un médico en el hospital. Las generaciones jóvenes ya están practicando un cambio. Su problema es que solo hacen estudios de psicología y no de ciencias humanas, lo que provoca que los psicoanalistas jóvenes estén peor formados y sean menos cultos. Y para ser psicoanalista no solo se debe ser inteligente, sino también cultivado."