viernes, 30 de marzo de 2012

Sino no nimios.

Hay ciertas cosas en la lengua que muestran una marcada profusión de sinonimos. Esto especialmente sucede con las cosas importantes. Por ejemplo con los genitales. Polla, picha, pene, miembro, tranca, verga , cimbrel y mi pequeño gran capitán dan buena cuenta de esto. Curiosamente con la locura también sucede. Estar como unas maracas, tarado, jamado, pillado, trastornado, loco, como una cabra,ido, psicótico, alucinado, como una regadera, como un caldero, que te patina la neurona, que no carburas,que se te va la pinza, que se te va la olla o que no hay nadie al volante son también buenos ejemplos. Y es que la locura y la sexualidad son cosas importantes. Y algo más que importantes. La locura y la sexuación son los límites de la propia lengua, son esos conceptos donde toda deficinión se queda corta y donde se abre un gran agujero para lo desconocido, lo imposible y para el invento personal.

jueves, 29 de marzo de 2012

Zizek, los hermanos Marx y el psicoanálisis.

Cositas que aparecen por la red. Cuando menos curioso.


miércoles, 28 de marzo de 2012

jueves, 15 de marzo de 2012

El amor

Hoy escuché, como tantas otras veces, la consabida frasecica "el amor es un rollo cerebral". Algo así como que el amor es todo hormonas y serotonina etc. En estos tiempos se suele decir, en las consultas y en la calle, este tipo de frases para ningunear los poderes del amor. Algunos comparan el amor a veces con la cocaina, otros lo comparan con un "subidon" o como " estar en un parque de atracciones". Hay algo despectivo en estos dichos. Se asoma un esfuerzo por quitarle importancia, por estar al margen, por no depender del amor. Los psicoanalistas, a remolque como siempre del discurso, basan su dispositivo en la transferencia. Un transferencia que definen como el amor. Curiosamente vivimos en un tecnomundo donde todo debe ser explicado desde la evidencia y donde para que algo sea real ha de ser cuantificado en hormonas, neurotransmisores, interaccciones neurales y un kilo de estadística. La paradoja es que, ahora que todo el mundo sabe que el amor es algo químico, de repente el amor es una mierda. Por tanto podemos presuponer que lo fantástico del amor no es el amor en si sino lo que representa. Y lo que representa no es otra cosa que la posibilidad de ser único, de estar enganchado a algo, de no ser solo tu propia miseria, de estar en. Y el amor entonces aparece en la transferencia, en tus comments del blog,en unos amigos, en tu chica, en tus estudios sobre la serotonina o en tu equipo de futbol preferido. En todo aquello que no te deje solo con tu autísitica visión de un mundo a veces inconcialiable con el ruido que suena detrás de tus ojos.

domingo, 4 de marzo de 2012

Los finales

He estado este fin de semana en la XII Conversación Clínica de la ELP en Barcelona. Osease 200 personas, o mas, escuchando a varios psicoanalistas hablando de como acaban las personas sus psicoanálisis. Hubo de todo como suele ser en este tipo de eventos. Pero remarcaré dos extremos. Por un lado una mujer Analista de la Escuela que con una honestidad imparable dio cuenta de su propia experiencia psicoanalítica. De como había pasado diez años de supuesto análisis finalizado con un ligero, podríamos decir "cabreo con la vida". Lo que ella denominaba como algo que no estaba resuelto. Valientemente en algún punto de todo esto fue capaz de darse cuenta, rectificar y volver al psicoanálisis para decir "oye esto era mentira". Mentira en el sentido de que le pesaban todavía algunas verdades familiares. Sinceramente me pareció sobrecogedor.

Por otro lado otro analista habló de un caso que, a mi entender, no era más que una persona normal con problemas normales de la vida. Un sujeto moderno como explicó. Una persona que fue a un analista con cierto desasiego, resolvió y luego se fue. No hubo psicoanálisis ni nada parecido. Muchos de los psiquiatras allí presentes reconocíamos ahí al 80% de las demandas que habitualmente asistimos. Para mi sorpresa otros vieron una psicosis encubierta (ya no se dice ordinaria) y algunos otros delirios más. Posiblemente a nivel estructural podría ser cualquier cosa, lo que estaba claro es que los psicoanalistas por fin ya atienden simplemente a gente que quiere hablar y punto.

En general estuvo bien. Siempre uno va a estas cosas con muchas expectativas y luego te quedas un poco perplejo. Según te separas del evento lo vas recordando con más gusto. Y además, por supuesto (y es lo mas importante), ves a los viejo amigos, te enseñan la ciudad, conoces gente nueva y te tomas unas cañas mientras tu chavala te susurra tiernamente al oido que somos todos una panda de freakies de cojones. Y no le falta razón.



PD Por lo menos he vuelto al blog.