Se dice que hay tres pasiones que dominan el mundo. Estas son el amor, el odio y la ignorancia. La verdad es que no saber es lógico que sea una pasión porque cuanto más sabes más se complica todo y muchas veces es dichoso el que tiene solo dos cosas en su vida (eso si, no se las puedes quitar). Por otro lado, el amor y el odio son consustanciales al hombre desde su más temprana infancia. Pero ambas tiene algo que las diferencia de la ignorancia. Son hermanas. Un pequeño hilo de seda las mantiene unidas de tal forma que nunca se separan. Nunca odiamos tanto como a los que queremos, si te deja tu novia, si te putea tu hermano los niveles de odio van a ser directamente proporcionales a todo el amor que les profesas. Pasa lo mismo con las figuras de relevancia tipo cantantes, políticos y Mourinho. Gente que no pasa desapercibida y que representa tus ideales o sus opuestos. Gente que tiene algo que es importante. Para amarlo o para odiarlo, pero algo tuyo. Un pedacito de tu historia que de repente te revuelve para amar o para odiar. Y todos tenemos a alguien en nuestra vida al que soñarlo como un Mourinho como un Che Guevara o un David Bowie.
Por eso Lacan hablaba del odioenamoramiento.Y es que realmente a menudo en la clínica, lo único que puedes sacar en claro de una historia de odio que te cuenta alguien es que, el odiado tiene algo que es importante para el odiador. Sea un gesto, la nariz, una manera de andar, una posición, una cuenta bancaria, un perro, una actitud, un peinado o un escudo familiar.
Observación poética
Hace 3 horas