Como ya hemos comentado en alguna ocasión, uno de los síntomas del psicoanálisis es su continua tendencia a la disgregación y a los enfrentamientos políticos entre sus seguidores. Es casi una tradición que viene desde Jung y Adler y nos lleva de la mano hasta Anna freud, Melanie Klein y Lacan. Con Lacan el síntoma alcanzó cuotas deliroides al ser Lacan excomulgado y posteriormente ser Lacan quien disolvía su propia escuela en varias ocsiones. Hace unos años, como eterno retorno de lo reprimido, se encharcaron durante una época los divanes de Francia y España a raíz de la escisión entre los "Miller" y los "Soler". Recuerdo incluso, con ojos de principiante anonadado, como viejos colegas se retiraban el saludo, las gracias y los porfavores. Los que empezabamos en esto, estupidifactos y ojipláticos en su mayoría, seguimos el camino que nos tocó en función de nuestro analista y de nuestro síntoma. Es decir, algunos optaron por seguir fielmente la corriente de su analista y otros decidieron seguir con su analista estudiando en la otra corriente. Los más tarados decidimos intentar estar en las dos y alternar participaciones y eventos para al final doblar y decidir por alguna en concreto.
Y es como decía Lacan los peores analizantes somos los psicoanalistas. La gente "normal" llega a un análisis resuelve sus dramas y se va a seguir su vida con alegría. Los psicoanalistas no. Nos quedamos ahí toda la vida y hacemos de nuestro fin de análisis un neverending en el cual nuestro síntoma se enlaza con la escuela. Eso hace que cualquier cosa política, imaginaria e intersubjetiva alcance el caracter de fanstasma, síntoma, falta de ética, mal de fin de análisis y demás asertos técnicos peyorativos. Y es lógico, si después de pasear tus fantasmas, asumir lo acéfalo de la pulsión, hacerte uno con tu síntoma, saber que no hay verdad , sabre que el Otro no existe, decides seguir dándole vueltas es que estas fatal. Que hay algo en tu síntoma incoercible que te llama a hacerte un Otro a medida y que este Otro sólo puede estar en el psicoanálisis. Es por eso que cualquier conmoción política en el seno de una institución psicoanalítica a veces alcanza el rango de insulto personal, puesta en duda y separación, aunque teóricamente no exista una gran rivalidad.
Mejor explicado está por Marité Colovini en un reciente artículo en el blog red de psicoanalsitas:
"Si hay un real que afecta al psicoanálisis mismo, que hace por ello a su intransmisibilidad, que horada cualquier pretensión de pensamiento, discurso o enunciación única, que instala la lógica del no-todo para hacer de límite al Todo, que acecha a cualquier intento de armonizar y borrar lo que se sostiene de un malentendido fundamental, es porque el psicoanálisis apunta a otra cosa que a una ilusión…..o que al “opio de los pueblos”.
La religión y la ciencia son bordes por los que transita este campo que Lacan quiso que se llamara lacaniano; y la segregación, uno de los puntos de fuga de los agrupamientos de analistas, aún de aquellos que se llaman Escuela".
Interpretación de las tonalidades musicales
Hace 15 horas
Para esto la ironía Marxista viene muy bien :
ResponderEliminar"Les ruego que acepten mi dimisión .No me interesa pertenecer a ningún club que quiera contarme entre sus miembros."
Un abrazo Javi , muy bueno.
ZZZZZZZZZZZ..eheh qué coño pasa ? Ah sí sí .excelente blog. Sigue así.
ResponderEliminarJaques Charlacán, psiconauta gabacho
"sabre que el Otro no existe" (sic), quizas algun dia, jeje keep on walking
ResponderEliminarrasca y pica
ResponderEliminar