miércoles, 30 de marzo de 2011

Como hacer con los laboratorios (Mi historia) II.

Prosigo con el inquietante relato de un residente en un mir de dudas.

Tercer año de MIR o la fase de me empieza a tocar los cojones.

Después del tiempo de la inocencia y de los momentos de la perplejidad empecé a tomar posiciones. Comenzaba en este tercer año la rotación en un centro de salud mental. Hasta este momento los hombres de corbata aparecían puntualmente y nunca la carga de trabajo representaba un obstáculo a la hora de atenderlos. En el centro de salud mental la cosa cambia. Te haces con tu agenda y además empiezas a entender cosas como la psicopatología, la terapeutica y la oferta y la demanda. De repente una de cada cinco consultas (y tenía 30 al día) eran demandas para ayudar aun pobre laboratorio enfermo. Como son gente maja yo los atendía, hasta que me di cuenta de que hacía esperar a los pacientes y terminaba yo saliendo a las mil o atendiendo mal y rápido.Comencé intuitivamente a seleccionar las visitas utilizando un método muy depurado y profesional. Atendía rápido a los que me caían bien. A los que eran más torrija los dejaba para el final como el que estudia un exámen el último día. Algunos entedían la directa y se iban......otros no. El caso es que este método tampoco funcionaba muy bien porque los pobres usuarios seguían esperando más de lo debido así que decidí invertir los roles y ser yo el que les hacía la visita. Cuando tenía un minuto iba a la salita y me sentaba al lado de ellos para que me informasen de los avances de la neurociencia ante la atenta mirada de los pacientes. Por increíble que parezca las visitas se acortaron de forma inponecial (es como exponencial pero en plan imponiendome).!!! Fue todo un descubrimiento. Aún así como en toda guerra, había batallas perdidas y guerra de guerrillas en los pasillos y las cafeterías, pero bueno, por fin empezaba a controlar el tema. En medio de este barullo yo seguía yendo a ciertas cosas y degustando algunas sabrosas invitaciones pero cada vez más cuestionado (supongo que ellos también visto mi comportamiento). En esta época pasé de leer psiquiatría.com a ser asiduo de la web de la plataformama no gracias. También se comenzó a a suscitar el debate con mis compañeros y apareció el código deontológico para los laboratorios. Las únicas consecuencias del código fueron que a partir de ese momento los hoteles no podían ser de cinco estrellas y que para cada cosa teníamos que firmar mil cosas por triplicado. A parte de esto rechacé hacer un estudio (era un peñazo) y tuve una seria diatriba con un representante por el usos de mis datos. Y es que en cuestión de unos meses me habían empezado a llamar de Bruselas, Madrid o la India gente desconocida con nombres tipo Whasington Fernandes para preguntarme obviedades a cualquier hora.

Y como dice Sabina "la vida siguió como siguen las cosas que no tiene mucho sentido" y llegué al cuarto año de residencia o la fase de ¿por que no usarlos?

Mañana.

4 comentarios:

  1. Que intriga!!! Joooo, deja a los pacientes de lado, y escribe hoy mismo la continuación, por favor.

    Enviado por Raúl desde el DEPOTsito de zombies de BCN.

    Bks crack!!!

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  2. Joer. 30 por día...y además con ese peñazo....Coño, que esto no es una cosa de traumatología, ni de medicina general ¿es así generalmente?. Joer.
    Saludos.

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  3. en el csm que yo estaba era así, pero vamos en esta ciudad estan asi mas o menos todos, pero tb es culpa de nuestra indolencia revolucionaria....en fin..
    saludos

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  4. esta bien haber sido un coyote. de todas formas, cada dia que pasa te veo mas del bunker, algo asi como la version faes de lacan, zizeck y lenin, lo cual es preferible a tener la neurona blindada a base de cañonazos en los receptores sinapticos, claro. saludos guitarrista!

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